Seguramente
en muchas ocasiones se ha preguntado ¿Por qué la mayoría de empresas fracasan tan
rápidamente? Inclusive cuando su producto o servicio es innovador en el
mercado. Existen muchas teorías concluyentes al respecto, la mayoría
inclinándose a problemas de comunicación y/o publicidad. Cabe destacar que
según Kotler las probabilidades de éxito de una empresa si la publicidad y el
producto que ofrecen son fuertes son del 80%, dicha probabilidad disminuye al
42% si uno de estos factores es igual al promedio; por último, si tanto el producto como la
publicidad son débiles, la probabilidad de éxito cae al 18%. Aún con esas tasas
de probabilidad de éxito tan alarmantes, Guatemala tiene una tasa de actividad
emprendedora de las más altas en el mundo; según el Global Entrepreneurship
Monitor (GEM por sus siglas en inglés) 2011 – 2012, Guatemala está entre los nueve países más emprendedores de un total de
54 países, destacando que por cada 100 guatemaltecos, existen 19 que están
desarrollando una nueva empresa.
Podemos asegurar que el éxito y
el fracaso están presentes en todos los aspectos de la vida humana, y las
empresas al ser dirigidas por personas no son la excepción; las empresas
respiran y crecen porque hay un entorno económico-financiero favorable a ello y
una voluntad por parte de los empresarios de querer hacer las cosas bien.
El fracaso en empresas exitosas y
con experiencia también es un riesgo latente, ya sea cediendo posiciones de
liderazgo de mercado como en el caso de Sony a Apple (
Walkman versus I-POD), por falta de adaptación como es el caso extremo de Kodak (reacia a entrar a la era digital) y no olvidemos, la extinción total de Enron debido a la falta de ética en su comportamiento empresarial.
Walkman versus I-POD), por falta de adaptación como es el caso extremo de Kodak (reacia a entrar a la era digital) y no olvidemos, la extinción total de Enron debido a la falta de ética en su comportamiento empresarial.
Así como existe la teoría de la
evolución de Darwin, que básicamente nos explica que las especies se
diversifican por adaptación a los ambientes o modos de vida diferenciados, ya
sea ramificándose, cambiando sus características a lo largo del tiempo de manera
fundamentalmente gradual, con el fin específico de evolucionar a un mejor
estadío que les dé mejores probabilidades de existencia; también existe el
darwinismo empresarial, que básicamente busca la evolución de las empresas a
una situación que facilite su existencia y potencie su posición de mercado,
satisfaciendo las necesidades del cliente de una manera más eficiente y por
ende, genere las utilidades que sus accionistas, directores y colaboradores
esperan.
La
evolución de las empresas no debe de tomar el mismo tiempo que la evolución natural,
básicamente debido al dinamismo en la tecnología actual, así como de la
capacidad de comunicación que la sociedad ahora tiene. Antes, los clientes
debían adaptarse al producto que el mercado ofrecía, mientras que ahora es el
producto el que debe de adaptarse a las necesidades del cliente, una máxima
que los empresarios deben practicar, siendo condición determinante para supervivencia o extinción en el medio ambiente
empresarial del Siglo XXI. Así las ventajas competitivas son de suma
importancia - debido a que cada vez-, los productos son más homogéneos entre sí, por
ello la calidad y la percepción de los
clientes definen el consumo o no del producto o servicio.
Esta
evolución no se enmarca en el cambio de
la empresa, sino que deben de ser las personas quienes cambien viejos preceptos
o paradigmas, con el fin de crear una demanda consciente e incentivar a los
tomadores de decisiones de las empresas a presentar una oferta de productos y/o
servicios evolucionados a las necesidades de la demanda. Paradójicamente, la
evolución en la demanda a las empresas, no significa que triunfa “la ley del
más fuerte” sino que triunfa, la
percepción del más responsable, haciendo de las marcas concepciones positivas
en el diario vivir de la sociedad.
El
Siglo XXI demanda que las empresas evolucionen a ser responsables en sus
acciones, tanto en su producción, su trato al medio ambiente y sus vecinos, su
comunicación y el estricto cumplimiento de sus obligaciones, tanto morales como
de la ley imperante de cada país donde operan y comercializan.
El
motor para esa evolución es la Responsabilidad Social Empresarial, la cual es
una estrategia de negocios que busca como fin principal crear condiciones que
ayuden a la creación de riqueza, creando una percepción positiva en el mercado
con base a participación ciudadana, desarrollo de sus colaboradores e
identificación con su trabajo y empresa, bajando dramáticamente el índice de
rotación de personal y al final, siendo partícipe del desarrollo de su región y
país.
La
empresa socialmente responsable es única, sabe que si tiene practicas amigables
con el medio ambiente, tiene mejores posibilidades en el mercado, es consciente
que al ser responsable en el uso de sus insumos será más eficiente y podrá
desarrollar nuevos y mejores productos, responde a las inquietudes de sus
vecinos así como a las autoridades locales, sabe que su reputación afecta
positiva o negativamente a sus colaboradores y clientes, busca tener relaciones
a largo plazo con sus clientes así como con instituciones de su comunidad, sus
procesos de diálogo permiten anticiparse y responder a las expectativas de la
sociedad, sus clientes prefieren consumir sus productos y en algunos casos
pagan más por ellos, en su estrategia de negocio es importante el
relacionamiento con su comunidad, atrae y retiene a mejores empleados, tiene reputación y clientes
satisfechos y bien informados, invita a que sus proveedores tengan prácticas
responsables también, entre otros.
Una manera de tener altas
posibilidades de éxito para emprender una empresa así como de mantener
liderazgo en el mercado, es tener una percepción positiva de la población
y ser una empresa evolucionada al Siglo XXI, cuyas pretensiones
económicas no están por arriba de su finalidad social, por lo que le invito a entrar al siguiente
hipervínculo y ver qué hace una empresa responsable que por ende, es exitosa.