jueves, 9 de abril de 2015

Los matices de la RSE en el ámbito internacional

Recientemente la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha definido la Responsabilidad Social Empresarial (RSE)  como "el reflejo de la manera en que las empresas toman en consideración las repercusiones que tienen sus actividades sobre la sociedad, y en la que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos como en su relación con los demás actores”.

A nivel internacional, los métodos y procesos internos pueden englobarse y homologarse haciendo sus respectivas adaptaciones a la legislación y a la cultura corporativa de cada país; la diferencia se enmarca principalmente en la relación con la cultura y el desarrollo de sus propios actores, tanto internos como externos.
En Latinoamérica es muy común que se relacione la RSE con prácticas filantrópicas, lo que por concepto general, concluye que la RSE está poco desarrollada, delimitando la generalización de comportamientos responsables y las condiciones que se dan para incentivar a los grupos de interés o actores de las empresas. Es importante considerar que la gran mayoría de las empresas latinoamericanas son micro, pequeñas y medianas (y en muchos casos de corte familiar), las cuales no tienen como prioridad, la práctica de la RSE; por otro lado, en el aspecto positivo, en la mayoría de países latinoamericanos existen organizaciones empresariales que promueven la RSE, lo que ha generado un creciente interés de la sociedad civil y una evolución de las prácticas filantrópicas a estrategias de RSE; sin embargo, sin duda aún falta mucho camino por recorrer.

Debido a que en Latinoamérica la mayoría de países pertenecen al sector de países en vías de desarrollo, en muchos casos las expectativas de los actores son al final, solicitudes de ayuda a las empresas, las cuales -como resultado de su tradición filantrópica- terminan adoptando prácticas de naturaleza asistencialista, lo que termina en una discusión acerca del alcance y los límites de las obligaciones de las empresas y las del Estado, así como fortalece la idea del concepto de RSE como sinónimo de obligación de resolver los problemas de la sociedad (Se debe puntualizar que la RSE es completamente voluntaria).  De tal manera, es común conocer proyectos de RSE implementados en Latinoamérica, enfocados en apoyo a la educación pública, infraestructura, sector salud y gobernanza local, dejando en un segundo plano el cuidado del Medio Ambiente.
Las políticas de RSE deben de consolidarse con ejercicios de participación ciudadana, con el fin de hacer sentir a la sociedad que es tomada en cuenta y a la vez, evitar dar la impresión que se está sustituyendo al Estado en sus obligaciones con el fin que las empresas sean un actor, más que un gestor del desarrollo de la sociedad.

De tal manera, se puede concluir que en Latinoamérica, la RSE puede ser un instrumento de desarrollo de la sociedad, de cohesión social y de estabilidad política, lo que significa a su vez, que las organizaciones deben de analizar y cuidar la sostenibilidad de sus programas, ya que se corre el riesgo de crear dependencia de la sociedad hacia la empresa, lo que sin duda representa un riesgo para la sociedad ya que cuando la empresa por los motivos que sean, deje de “prestar esos servicios adicionales” a la comunidad, dejará un gran vacío y probablemente, una fuerte desestabilización.
Por otro lado, la RSE tiene una aplicación diferente en Europa, es sabido que ellos cuentan con políticas supranacionales bastante bien establecidas a nivel europeo en los campos de salud, bienestar, medio ambiente, prácticas laborales, etc.  Adicionalmente, sus economías son maduras y tienen un territorio más reducido, tienen dependencia a las materias primas, cuentan con buena infraestructura social, el Recurso Humano es más capacitado, los servicios públicos son relativamente eficientes y las empresas trabajan en conjunto con el Estado; en otras palabras, la cultura y las necesidades son diferentes a las de Latinoamérica y eso hace que las estrategias de RSE puedan y deban ser diferentes.

Por lo anterior, en Europa las empresas tienden a hacer menos donaciones directas a las comunidades, dedicándose más a apoyar actividades deportivas y de cuidado de Medio Ambiente (por razones de productividad); de tal manera, sus formas de patrocinio se centran en ayudas puntuales a fundaciones y la cultura de voluntariado corporativo de apoyo es mucho menor que en Latinoamérica.
Recientemente la compañía de inversión sostenible ‘Robecosam’ ha elaborado un ranking de los países que más apuestan por la sostenibilidad, los resultados muestran la siguiente clasificación: En los primeros lugares Suecia, Australia, Noruega, Reino Unido; en la media de la tabla Estados Unidos, México, España e Italia; en la parta baja destaca Venezuela y Nigeria.

Por otro lado, de acuerdo a la lista de  “The World´s Most Admired Companies” (2013), estas son las empresas más admiradas en RSE:

1.       Marriott International (Hoteles)
       2.       Starbucks (Café)
       3.       Whole Foods Market (Alimentos)
       4.       Royal Dutch Shell (Hidrocarburos)
      5.       CH2M Hill (Consultoría)
       6.       Nike (Ropa deportiva)
       7.       Nestlé (Alimentos y bebidas)
       8.       Walt Disney (Parque de diversiones)
       9.       Statoil (Hidrocarburos)
      10.    Wyndham Worldwide (Hoteles)
 
Así pues, es bueno recordar que la RSE aparte de ser un instrumento de desarrollo, es también una estrategia de negocios rentable,  por ejemplo en cuestión de percepción e imagen de marca con los clientes, por lo que no es de extrañar que las empresas con mayor índice de proyección social sean todas conocidas a nivel mundial.