Por el momento, no existe una certificación oficial que las
empresas puedan utilizar para que legalmente puedan considerarse socialmente
responsables, lo más cercano a dicho punto sería la ISO 26000, de la familia de
normas ISO, sin embargo, esta es considerada únicamente como una guía de
acciones en materia de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y no es
certificable ni busca serlo así como tampoco cumplir un fin regulatorio en
algún punto.
Existe gran amplitud y diversidad de prácticas existentes
dentro de la RSE, el Centro para la Acción de la RSE en Guatemala (CENTRARSE) agrupa
dichas prácticas en 7 ejes: Gobernabilidad, Público Interno, Medio Ambiente,
Proveedores, Mercadeo, Comunidades y Política Pública.
En este sentido, de manera introductoria y general, se pueden
agrupar ciertas acciones dentro de los ejes de la RSE, con el fin de tener un
camino por el cual caminar en dirección a poder considerarse una empresa
socialmente responsable:
Gobernabilidad: La RSE comienza y termina con el
compromiso de la Alta Dirección de instituirla y darle seguimiento de manera
cualitativa (indicadores de desempeño), cuantitativa (impacto) y financiera
(asignación de presupuesto). Por lo anterior, la empresa debe de contar con un
ejecutivo a cargo específicamente de la RSE, esto dista mucho de la práctica
usual en la que se asigna a Recursos Humanos el tema, siendo que la RSE no es
un tema exclusivo de público interno. Dicho
responsable debe gestionar un sistema integral de gestión de ética que incluya
un Código de Ética, acciones formativas e informativas y herramientas para
prevenir, identificar, gestionar y minimizar los posibles incumplimientos (mecanismos
de prevención). Se debe implementar también un cuadro de mando integral que
sintetice los indicadores de RSE, el cual debe ser presentado periódicamente a
la Alta Dirección.
Adicionalmente, la empresa debe contar con políticas
específicas sobre RSE que incluyen prácticas concretas en cuestiones
relacionadas con todos los grupos de interés (stakeholders). La estrategia
empresarial debe estar alineada con las oportunidades y riesgos identificados
relacionados con el impacto de la empresa produce en su área de influencia; para
ello, debe disponer de un sistema integral de riesgos a los que se enfrenta la
empresa y que se aplique tanto a los riesgos de procesos internos como a aquellos
del sector al que pertenece la misma.
Público Interno: Se refiere al desempeño de la
empresa en relación con sus colaboradores, por ende, es una dimensión que
abarca distintos ámbitos. El objetivo principal de este eje de trabajo es
potenciar el crecimiento del capital humano de la empresa. Para ello, deben existir proyectos, actividades
para la mejora de la salud de los colaboradores, la mejora de sus hábitos de
vida y se debe analizar los resultados de tales iniciativas. Así mismo, se evalúa
sistemáticamente las necesidades de formación y de capacitación de sus
colaboradores para llevar a cabo las estrategias de la empresa para todos los
tipos de formación, y no sólo con aquellos temas que tienen que ver directamente
con el negocio; así pues, la empresa no debe pensar única y exclusivamente en
el desarrollo de sus colaboradores y en función del crecimiento de la empresa
misma, sino también, en el bienestar y desarrollo de las familias de sus
colaboradores, ya que esa es la mayor razón y motivación del trabajo diario de
cada uno de los miembros de un equipo.
Medio Ambiente: La empresa debe tratar el aspecto
ambiental como un tema transversal en su estructura organizativa y lo debe
incluir en su planificación estratégica.
Debe considerar la realización de acciones y proyectos tanto a lo
interno de la organización como hacia lo externo. Las iniciativas de responsabilidad ambiental
promueven el desarrollo y la difusión de tecnologías respetuosas con el medio
ambiente como elemento estratégico esencial de la empresa. La sensibilización a
los colaboradores en todos los niveles de la organización por el cuidado del
Medio Ambiente incide de gran manera en mejores resultados en la gestión
ambiental y evita los impactos negativos que la operación de la empresa pueda
generar.
Proveedores: La implementación de la RSE es un
criterio específico para la calificación y selección de proveedores, de tal manera,
las empresas socialmente responsables no efectúan compras a proveedores que no
cumplen los criterios exigidos de responsabilidad social. En este sentido, la
empresa puede promover la cultura de la RSE en sus proveedores por medio de
capacitaciones, la creación de una
política específica de RSE para toda empresa proveedora de servicios que forme
parte en la transformación de productos y en general, en la cadena de valor de
la empresa contratante.
Mercadeo: Comunicar las prácticas de RSE,
tanto de manera interna como externa, en los diferentes medios (electrónicos,
digitales, escritos y otros), así como participar en foros y estudios con otras
empresas y organizaciones es vital para el desarrollo de este eje. Existen
directrices sobre comunicación responsable, las cuales buscan la construcción
de una imagen de marca y empresa responsable, lo que deriva en una ventaja
competitiva de toda la línea de productos y/o servicios que la empresa presta
ya que cada vez más, los clientes se identifican con productos y empresas
practicantes de la RSE. Paralelamente, de
manera interna, la empresa debe de disponer de una política de comunicación y crear
contactos con funcionarios de gobierno, accionistas, inversores institucionales
y colaboradores en general, preferentemente bajo la figura de un reporte de
sostenibilidad anual.
Comunidades: Todos los grupos de interés y/o
actores deben estar identificados, segmentados y priorizados y se deben mantener
procesos periódicos de diálogo tomando en cuenta sus expectativas. Debe existir un Plan Estratégico de Inversión
Social que contemple sinergias entre las acciones de RSE y las de filantropía
estratégica. La Inversión Social debe de
ser enfocada hacia el desarrollo de las comunidades cercanas, no solo en el
ámbito económico, sino también en el aspecto social, respondiendo a las
necesidades de diferentes públicos y tomando como uno de los objetivos principales
el mejorar la calidad de vida de los beneficiados, en temas como educación, alimentación, salud, vivienda y
fortalecimiento de capacidades para el crecimiento económico y social entre
otros, todo ello, sin olvidar el respetar la cultura, las creencias y los intereses
propios de la comunidad.
Política Pública: Realizar acciones que conlleven a
la toma de decisiones tanto del sector público como privado, para establecer
políticas y prácticas que promuevan la convivencia y respeto del Estado de
Derecho así como de la cultura y medios de vida de todos los grupos de interés,
fomentando el respeto riguroso de las leyes nacionales e internacionales, en
caso que las empresas tengan presencia en más de un país. Por ejemplo, cada vez
hay más empresas multinacionales que manifiestan su compromiso con la práctica
y cumplimiento de los Derechos Humanos plasmados en sus Códigos de Ética y a la
vez, están convencidas que la repercusión de las actividades de la empresa en
los Derechos Humanos de sus colaboradores y de las comunidades locales,
sobrepasa el ámbito de los Derechos Laborales. Es por ello, que se debe contar con una
política de respeto a Derechos Humanos, la cual debe tener su punto de inicio
en contar con herramientas de libertad de expresión y asociación, así como
auditorías en el cumplimiento de estos Derechos por todos los involucrados en
su cadena de valor.
Así pues, dado que la RSE es dinámica, que se debe considerar
que las acciones realizadas sobre su base procuren satisfacer las necesidades
de sus grupos de interés, revisando su impacto y evaluando nuevas estrategias
que mejoren constantemente la relación entre las empresas y la sociedad. No queda duda del hecho que, para una
empresa considerarse socialmente responsable, es necesario un trabajo constante
y un compromiso coherente y firme por parte de todos los niveles de la misma
que no puede ni debe quedarse plasmado únicamente en planes y papeles.