lunes, 25 de abril de 2016

¿Qué acciones debe realizar una empresa para considerarse socialmente responsable?

Una empresa socialmente responsable es aquella que en su “ADN organizacional” se encuentra el fuerte compromiso al actuar apegados a la ley y al mismo tiempo, contribuir activa y voluntariamente para mejorar el entorno social, económico y ambiental de su área de influencia, todo esto, con el objetivo de optimizar su situación competitiva y fortalecer su cadena de valor.

Por el momento, no existe una certificación oficial que las empresas puedan utilizar para que legalmente puedan considerarse socialmente responsables, lo más cercano a dicho punto sería la ISO 26000, de la familia de normas ISO, sin embargo, esta es considerada únicamente como una guía de acciones en materia de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y no es certificable ni busca serlo así como tampoco cumplir un fin regulatorio en algún punto.
Existe gran amplitud y diversidad de prácticas existentes dentro de la RSE, el Centro para la Acción de la RSE en Guatemala (CENTRARSE) agrupa dichas prácticas en 7 ejes: Gobernabilidad, Público Interno, Medio Ambiente, Proveedores, Mercadeo, Comunidades y Política Pública.

En este sentido, de manera introductoria y general, se pueden agrupar ciertas acciones dentro de los ejes de la RSE, con el fin de tener un camino por el cual caminar en dirección a poder considerarse una empresa socialmente responsable:
Gobernabilidad: La RSE comienza y termina con el compromiso de la Alta Dirección de instituirla y darle seguimiento de manera cualitativa (indicadores de desempeño), cuantitativa (impacto) y financiera (asignación de presupuesto). Por lo anterior, la empresa debe de contar con un ejecutivo a cargo específicamente de la RSE, esto dista mucho de la práctica usual en la que se asigna a Recursos Humanos el tema, siendo que la RSE no es un tema exclusivo de público interno.  Dicho responsable debe gestionar un sistema integral de gestión de ética que incluya un Código de Ética, acciones formativas e informativas y herramientas para prevenir, identificar, gestionar y minimizar los posibles incumplimientos (mecanismos de prevención). Se debe implementar también un cuadro de mando integral que sintetice los indicadores de RSE, el cual debe ser presentado periódicamente a la Alta Dirección.

Adicionalmente, la empresa debe contar con políticas específicas sobre RSE que incluyen prácticas concretas en cuestiones relacionadas con todos los grupos de interés (stakeholders).  La estrategia empresarial debe estar alineada con las oportunidades y riesgos identificados relacionados con el impacto de la empresa produce en su área de influencia; para ello, debe disponer de un sistema integral de riesgos a los que se enfrenta la empresa y que se aplique tanto a los riesgos de procesos internos como a aquellos del sector al que pertenece la misma.
Público Interno: Se refiere al desempeño de la empresa en relación con sus colaboradores, por ende, es una dimensión que abarca distintos ámbitos. El objetivo principal de este eje de trabajo es potenciar el crecimiento del capital humano de la empresa.  Para ello, deben existir proyectos, actividades para la mejora de la salud de los colaboradores, la mejora de sus hábitos de vida y se debe analizar los resultados de tales iniciativas. Así mismo, se evalúa sistemáticamente las necesidades de formación y de capacitación de sus colaboradores para llevar a cabo las estrategias de la empresa para todos los tipos de formación, y no sólo con aquellos temas que tienen que ver directamente con el negocio; así pues, la empresa no debe pensar única y exclusivamente en el desarrollo de sus colaboradores y en función del crecimiento de la empresa misma, sino también, en el bienestar y desarrollo de las familias de sus colaboradores, ya que esa es la mayor razón y motivación del trabajo diario de cada uno de los miembros de un equipo.

Medio Ambiente: La empresa debe tratar el aspecto ambiental como un tema transversal en su estructura organizativa y lo debe incluir en su planificación estratégica.  Debe considerar la realización de acciones y proyectos tanto a lo interno de la organización como hacia lo externo. Las  iniciativas de responsabilidad ambiental promueven el desarrollo y la difusión de tecnologías respetuosas con el medio ambiente como elemento estratégico esencial de la empresa. La sensibilización a los colaboradores en todos los niveles de la organización por el cuidado del Medio Ambiente incide de gran manera en mejores resultados en la gestión ambiental y evita los impactos negativos que la operación de la empresa pueda generar.
Proveedores: La implementación de la RSE es un criterio específico para la calificación y selección de proveedores, de tal manera, las empresas socialmente responsables no efectúan compras a proveedores que no cumplen los criterios exigidos de responsabilidad social. En este sentido, la empresa puede promover la cultura de la RSE en sus proveedores por medio de capacitaciones,  la creación de una política específica de RSE para toda empresa proveedora de servicios que forme parte en la transformación de productos y en general, en la cadena de valor de la empresa contratante.

Mercadeo: Comunicar las prácticas de RSE, tanto de manera interna como externa, en los diferentes medios (electrónicos, digitales, escritos y otros), así como participar en foros y estudios con otras empresas y organizaciones es vital para el desarrollo de este eje. Existen directrices sobre comunicación responsable, las cuales buscan la construcción de una imagen de marca y empresa responsable, lo que deriva en una ventaja competitiva de toda la línea de productos y/o servicios que la empresa presta ya que cada vez más, los clientes se identifican con productos y empresas practicantes de la RSE.  Paralelamente, de manera interna, la empresa debe de disponer de una política de comunicación y crear contactos con funcionarios de gobierno, accionistas, inversores institucionales y colaboradores en general, preferentemente bajo la figura de un reporte de sostenibilidad anual.
Comunidades: Todos los grupos de interés y/o actores deben estar identificados, segmentados y priorizados y se deben mantener procesos periódicos de diálogo tomando en cuenta sus expectativas.  Debe existir un Plan Estratégico de Inversión Social que contemple sinergias entre las acciones de RSE y las de filantropía estratégica.  La Inversión Social debe de ser enfocada hacia el desarrollo de las comunidades cercanas, no solo en el ámbito económico, sino también en el aspecto social, respondiendo a las necesidades de diferentes públicos y tomando como uno de los objetivos principales el mejorar la calidad de vida de los beneficiados, en temas como  educación, alimentación, salud, vivienda y fortalecimiento de capacidades para el crecimiento económico y social entre otros, todo ello, sin olvidar el respetar la cultura, las creencias y los intereses propios de la comunidad.

Política Pública: Realizar acciones que conlleven a la toma de decisiones tanto del sector público como privado, para establecer políticas y prácticas que promuevan la convivencia y respeto del Estado de Derecho así como de la cultura y medios de vida de todos los grupos de interés, fomentando el respeto riguroso de las leyes nacionales e internacionales, en caso que las empresas tengan presencia en más de un país. Por ejemplo, cada vez hay más empresas multinacionales que manifiestan su compromiso con la práctica y cumplimiento de los Derechos Humanos plasmados en sus Códigos de Ética y a la vez, están convencidas que la repercusión de las actividades de la empresa en los Derechos Humanos de sus colaboradores y de las comunidades locales, sobrepasa el ámbito de los Derechos Laborales.  Es por ello, que se debe contar con una política de respeto a Derechos Humanos, la cual debe tener su punto de inicio en contar con herramientas de libertad de expresión y asociación, así como auditorías en el cumplimiento de estos Derechos por todos los involucrados en su cadena de valor.

Así pues, dado que la RSE es dinámica, que se debe considerar que las acciones realizadas sobre su base procuren satisfacer las necesidades de sus grupos de interés, revisando su impacto y evaluando nuevas estrategias que mejoren constantemente la relación entre las empresas y la sociedad.   No queda duda del hecho que, para una empresa considerarse socialmente responsable, es necesario un trabajo constante y un compromiso coherente y firme por parte de todos los niveles de la misma que no puede ni debe quedarse plasmado únicamente en planes y papeles.