viernes, 28 de septiembre de 2012

La Responsabilidad Social Empresarial ¡Comienza en Casa!

Todo cambio comienza en casa, y en caso que una organización quiera empezar a practicar RSE definitivamente no es una excepción. Comienza en casa y sin duda alguna, desde la parte más alta de la misma; desde la dirección. Si la dirección no está comprometida en este significativo y positivo cambio, todo será en vano. Y ya que empieza desde el ADN de la organización, comenzará desde el recurso más importante de la misma, su gente, su público interno, su Recurso Humano. Ya que la RSE se basa en principios legales, lo básico será tener en orden todos los contratos de los empleados, respetar pagos de seguro social, recreación y todo lo que dicta la ley laboral, como mínimo. Para quienes piensan que realizar un campeonato relámpago de “chamuscas” de futbol intra-empresarial, organizar un convivio y regalar una canasta navideña es RSE, déjenme decirles que están completamente equivocados, aunque éstas acciones ayuden a la identificación del personal con la organización, aunque ayude a la integración del personal o sea parte de la cultura organizacional, la RSE va más allá de estas prácticas.
En esta edición tocaré el tema del equilibrio entre la vida laboral y la vida familiar que todo colaborador debe tener, esto con el fin que la empresa cuente con personas eficientes, las familias disfruten con la presencia sumamente importante de hijos y padres, y la sociedad cuente con familias integradas que sirvan de ejemplo y motor de desarrollo social. Encontrar este equilibrio es un verdadero reto para las sociedades de muchos países.
Entre este equilibrio podemos identificar un círculo, en algunas ocasiones virtuoso y en otras vicioso, el cual lo componen integrantes de una familia que proveen de Recurso Humano a la organización y junto con bienes invertidos por la misma, generan utilidades a sus accionistas. Por otro lado, está la organización que provee de oportunidades a las familias de los colaboradores por medio de ingresos generados por su trabajo; ingresos que invierten en búsqueda de una calidad de vida, muchas veces determinada por la compra de sus propios productos. Gracias a esta interrelación, podemos definir a la comunidad de familiares de los colaboradores como “stakeholders” de la organización.
Esta comunidad puede verse afectada directamente por las operaciones de la organización, debido a la actividad de sus colaboradores y el tiempo que éstos dedican a la empresa, en detrimento al tiempo que dedican en casa, contando con el estrés y energía que la actividad del trabajo conlleva. Debido a esto, es imposible separar la “vida privada” con la “vida laboral”. Una persona motivada por lógica rendirá mejor en su trabajo y tendrá una vida familiar satisfactoria, así como una persona estresada que invierte más del tiempo sugerido en el trabajo, rendirá menos en su labor familiar en casa; lo que puede llevar a la ausencia de una imagen paternal en los hijos y hasta divorcios, destruyendo a las familias por quienes supuestamente, el colaborador de la empresa enfoca los frutos de su trabajo. Un colaborador con problemas familiares, por lógica no rinde como debiera, por lo que al final, la organización también sale afectada.  Y por último a la sociedad, quien con familias destruidas sufre de una falta de unidad, valores, educación, pobreza, etc
Vivimos en una cultura donde llegar a tiempo al trabajo y salir en punto a la hora de salida es muy mal visto, prefiriendo hacer horas extras, las cuales simplemente son un costo hundido a la empresa, ejemplo de una mala planificación y de jefes mediocres que premian la ineficiencia; obligando a trabajar a colaboradores más de lo debido, sin tomar en cuenta la perfecta ley de rendimientos decrecientes o peor aún, jefes que aceptan el pago de las horas extras para “beneficiar” al colaborador con ingresos que en planilla, la empresa no le puede retribuir.
La alta dirección debe de ser parte importante en la formulación de políticas que apelen al desarrollo profesional y personal de los colaboradores, entre las cuales deben de ser orientadas al tiempo de inversión de los colaboradores en la organización, el lugar de trabajo y el tiempo de desplazamiento, actividades integradoras de las familias con la organización, planes de remuneración y de carrera, permisos familiares, entre muchos otros. Este, es un verdadero reto y su resolución es integral y no sólo de los departamentos de Recursos Humanos, sino de un Comité de RSE, conformado por líderes representantes de todos los departamentos de la organización.
Por lo antes expuesto recalco, la RSE comienza en casa, proveyendo realización profesional y calidad laboral dentro de la organización, pero también comienza en la intimidad  de nuestro propio hogar, que nos provee de realización personal y calidad de vida familiar.

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