El término sostenibilidad ha sido directamente relacionado
con asuntos ambientales, en 1982, la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y
Desarrollo de Naciones Unidas calificó como sostenible aquel desarrollo que
“atiende a las necesidades del presente sin comprometer la posibilidad que las
futuras generaciones atiendan a sus propias necesidades”. Actualmente, la
sostenibilidad no se limita a temas ambientales sino que se ha ampliado a cualquier práctica que suponga consumir definitivamente
o comprometer sustancialmente cualquier recurso, tanto de índole económica, social
o ambiental y es aquí, donde existe una estrecha relación entre estos recursos
y el uso responsable de los mismos por parte de las empresas que es en gran
medida, esa RSE a la que nos referimos.
Fundamentalmente la sostenibilidad principal de un negocio es
la económica, ya que sin la generación de utilidades o la reducción de
ganancias debido a procesos ineficientes, cae en una irresponsabilidad que
puede traer hasta al cierre de sus operaciones afectando a sus accionistas,
colaboradores y clientes; por lo que la RSE enfoca la necesidad de mantener una
rentabilidad económica de manera continua considerando más aspectos, los cuales
deben de ser analizados desde el punto de vista de la actividad de la empresa
y de las expectativas de todos sus
grupos de interés (Stakeholders).
El apoyo en cualquier programa sostenible de una empresa
hacia su comunidad debe de ser un “proceso que pueda mantenerse por sí mismo”,
presumiblemente por un período indefinido de tiempo o por lo menos en el largo
plazo. Para cumplir con esta premisa se requiere tener una estrategia de
diálogo con sus stakeholders
(preferiblemente con sus líderes), legitimarlo con toda la comunidad con el fin
establecer la prioridad en sus necesidades, establecer el rol de cada actor de
la comunidad para el funcionamiento del programa y por último pero muy
importante, el grado de responsabilidad de todos (autoridades, líderes locales,
comunidad, empresas) para la construcción y funcionamiento del proyecto y/o
programa.
La sostenibilidad, a diferencia del asistencialismo, promueve
la corresponsabilidad - tanto por parte del Estado como por parte de la
iniciativa privada- siendo que este
asistencialismo o paternalismo estatal, se ha
comprobado que no es perdurable ni tiene impactos positivos, creando
dependencia en la gente, cortoplacista en su vida útil y en muchos casos,
fuente para la construcción de “elefantes blancos” que en vez de ser medios
para el desarrollo, se convierten en monumentos a la mala gestión.
De tal manera, la sostenibilidad es una práctica rentable
para la empresa, la cual le genera una percepción positiva por parte de sus
clientes, genera valor económico, social y ambiental, objetivo primordial de la
RSE cuando se concibe como una estrategia corporativa que implica, en la
práctica, desarrollar programas sociales con sus grupos de interés sin afectar
la rentabilidad del negocio que es al final de cuentas, la razón de ser del
mismo.
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